En tiempo de crisis, las emociones se desbordan y ocasionan estragos, a veces, incontrolables, como cuando se desbordan los ríos en tiempo de lluvias intensas y de tempestades imparables; lo bueno para todos, tormentas y tempestades pasan, hasta tanto ¿qué hacer si las crisis son más seguidas e intensas?, el sufrimiento y la angustia van ganando terreno y están inundando el espíritu humano, están inundando de desagravios a los hogares, a las instituciones sociales y a las empresas; quedarse quieto o lamentarse por lo que pasa es inapropiado, sus resultados son desfavorables; y hay crisis que se tornan inhumanas: abandono de padres a hijos y viceversa, desintegración familiar, engaños y traiciones, maltratos y abusos, reducción de fuentes de trabajo, mayor desocupación, acumulación de enfermedades, alimentación inadecuada, educación paternalista para tiempos inexistentes y necesidades ajenas. Este tipo de reveses , que por cierto, algunos son insoportables, resulta inadecuado pretender superarlos con regalías o con reducción de las horas de trabajo y de los sueldos de los trabajadores, peor aún, con el incremento de cárceles, de policías y de militares; se supera tomando conciencia del rol que, a cada uno de los seres humanos, en sus diferentes facetas de la vida y en los diferentes estatus sociales, les corresponde; este tipo de recetas negociadas en laboratorios y en los curules políticos deben ser rechazadas y, en su lugar, a través de una voluntad firme, tomar decisiones radicales: ser lo que se es en donde se esté y con lo que se tenga; se trata de rescatar la identidad personal para reconstruir su estatus y el de su familia.
¿Cómo construir una identidad que enorgullezca?
• Tomar decisiones en medio de dificultades y de crisis.
• Desarrollar la capacidad de adaptación.
• Evitar actitudes de rechazo al cambio.
• Evitar aferrarse a lo que se es y a la forma de convivir.
• Tener actitudes de reflexibilidad e imaginación.
• Considerar al reto y a la incertidumbre como oportunidades de conversión identitataria.
• Buscar crecer a través de la renovación de creencias y de conocimientos.
• Cultivar nuevos frutos personales y sociales a través del autoconocimiento, de la aceptación de posibilidades y de limitaciones.
• Utilizar la imaginación para reactivar su potencial y avanzar hacia su bienestar.
• Liberar su pensamiento de realidades vividas y explorar nuevos caminos.
• Cuidar que sus creencias vitales no se quebranten.
• Reactivar, a su favor, conductas, comportamientos, emociones, percepciones, intereses y sentimientos.
• Buscar distinguirse de los demás tomando en cuenta que Usted es diferente, es único.